
La clave para implicar a la gente en 2021: La amabilidad es la CLAVE
Tengo la suerte de vivir en una comunidad en la que puedo participar en mesas redondas mensuales sobre liderazgo empresarial. Con la reducción de los viajes de trabajo, poder reunirme con otras personas (aunque últimamente a través del zoom) es un aliciente profesional para mí. En la última sesión, moderada por el presidente de una empresa local, debatimos estrategias para mantener el compromiso de los empleados en el entorno actual. Fue una oportunidad para compartir y aprender lo que otros están haciendo en esta época tan tumultuosa para la mano de obra.
Los miembros del grupo proceden de distintos sectores y tienen trayectorias muy diversas. Sin embargo, lo que todos tenemos en común son las personas. Nuestro facilitador nos preguntó cómo las cuidamos en nuestras empresas. Algunos hablaron de los ajustes de remuneración que se hicieron en un esfuerzo por retener a los empleados. Mi experiencia me dice que la remuneración es un factor, y es cierto que las personas necesitan una remuneración justa, pero a menudo no es EL factor. Las expresiones no monetarias de cariño, amabilidad y compasión pueden llegar muy lejos.
Quienes me conocen saben que este tema me apasiona desde hace años (más bien décadas). La mayor parte de mi trabajo se desarrolla en el sector sanitario. Es evidente que existen presiones adicionales casi indescriptibles para quienes no estamos en primera línea. Al menos cinco veces por semana escucho la historia de un jefe clínico o administrativo que cuenta cómo un miembro del equipo marcó la diferencia para un paciente o una familia. A menudo el resultado es la decisión de anteponer las necesidades de la familia de un desconocido a las propias. Es importante recordar que corresponde al liderazgo cuidar de esos cuidadores. Mi amigo Quint Studer escribe sobre esto en su blog https://lnkd.in/dpSJNaKN.
Conozco a dos personas que acaban de dejar su trabajo de casi dos décadas, para sorpresa de sus superiores. Aunque sus motivos y oportunidades eran diferentes, una cosa era igual. Ambos tenían enfermedades familiares y necesitaban tomarse un tiempo (que se habían ganado) para cuidar de sus seres queridos. Aunque se les concedió el tiempo, ninguno de los dos sintió que contara realmente con el apoyo de su organización cuando más lo necesitaba. Una me dijo: "No esperaba que me entregaran comidas y flores (Nota del escritor: Tengo la suerte de trabajar en un lugar donde lo habría recibido de mi organización - gracias KGP), pero una simple llamada o un mensaje de texto para saber cómo estaban habría estado bien". La falta de simple compasión en una situación vital difícil no fue la única razón de sus respectivas salidas, pero un poco de amabilidad dada podría hacer que una persona que está considerando marcharse se quede.
Comprometer a los empleados puede adoptar la forma de una simple amabilidad y no tiene por qué ser caro. En la mesa redonda, un líder habló de la importancia de conocer el nombre de los hijos de su equipo y preguntarles por sus actividades. Muchos de mis colegas me preguntan a menudo por la pesca o la lucha libre de mi hijo o cómo le va en el colegio. Nunca he conocido en persona a 95% estas personas. Sin embargo, han establecido una relación conmigo. Siento que les importo. Eso marca la diferencia. Estamos todos juntos en esto y tenemos la oportunidad de mostrar amabilidad cada día.