Y ahora, ¡es el momento del Liderazgo!
¡Cómo ha cambiado todo en cuestión de pocos meses! En mis artículos anteriores, hablaba de cómo las empresas han tenido que redefinir sus planes estratégicos y se enfrentan, al mismo tiempo, a la imperiosa necesidad de fomentar la innovación en sus organizaciones para sobrevivir o para seguir avanzando hacia el siguiente nivel de excelencia en este entorno extremadamente incierto. Afortunadamente, al tratarse de una tarea de personas, no cabe duda de que también es el momento del LIDERAZGO y del TALENTO.
La fase de recuperación de la pandemia se está desarrollando a distintas velocidades, con repercusiones diversas según los países. La velocidad incierta está dejando heridas en muchos sectores que no podrán cerrarse a corto plazo, ya que no es probable que vuelvan a la senda del crecimiento hasta finales de 2022. Esta situación ha hecho que los Consejos de Administración reflexionen y reevalúen el entorno. En muchos casos, el liderazgo actual ha dado un paso adelante para buscar nuevas formas de hacer las cosas redefiniendo procesos, localizando nuevos mercados o desarrollando nuevos modelos de negocio.
Para afrontar estos cambios se necesitan líderes valientes, con un alto espíritu emprendedor y capaces de tomar decisiones rápidas con un alto grado de eficacia. Aunque estas cualidades son una mezcla de experiencia e intuición, también se derivan de una adecuada adaptación a la forma de hacer negocios de los últimos tiempos. Está claro que la flexibilidad es más necesaria que nunca, pero, al mismo tiempo, los responsables de las empresas líderes tienen que trabajar para desarrollar su pensamiento lateral, encontrando formas más creativas de afrontar las situaciones, valorando puntos de vista hasta ahora inexplorados -una razón válida para explorar la diversidad en el talento-, como abordé en mi anterior artículo.
Al mismo tiempo, estos dirigentes tienen el mandato de reactivar a sus equipos y recuperar el pulso del mercado para que la recuperación sea lo más ágil posible. Sin embargo, viendo cómo no todos nos hemos adaptado a este contexto a la misma velocidad ni con la misma profundidad, los directivos están utilizando diferentes enfoques para gestionar las emociones que han surgido estos últimos meses. Este es el mayor reto de la gestión de personas, ya que equilibramos la empatía con la necesidad de volver a altos niveles de productividad, todo ello mientras damos mayor autonomía a los equipos.
Valiente, emprendedor, flexible, empático, eficiente, exigente, innovador y con un pensamiento lateral desarrollado. Suena fácil, ¿verdad? Pues bien, esto es sólo el principio. El mundo volverá a ser inevitablemente global, pero los negocios se descentralizarán para buscar la eficiencia de costes a nivel local, lo que requerirá nuevos mecanismos de control y, por tanto, una visión global más desarrollada de las empresas.
Nadie dijo que sería fácil, pero lo estamos consiguiendo. ¡Seguid remando y manteneos a salvo!
¡Y ahora es tiempo de liderazgo!¡Cómo ha cambiado todo en tan sólo unos meses! Os comentaba que las compañías han tenido que redefinir sus planes estratégicos y al mismo tiempo se enfrentan a una imperante necesidad de fomentar la innovación en sus organizaciones para, o bien sobrevivir, o bien seguir avanzando hacia el siguiente nivel de excelencia en este entorno extremadamente incierto. Afortunadamente, esto es tarea de las personas, por lo que no cabe duda de que es momento de LIDERAZGO y de TALENTO.
La recuperación se está desarrollando a diferentes velocidades y con desigual impacto según cada país, dejando heridas en muchos sectores que no se cerrarán en el corto plazo, ya que previsiblemente no volverán a la senda del crecimiento hasta bien entrado el 2022. Esta situación ha hecho reflexionar a los Consejos de Administración que en muchos casos han dado un paso hacia adelante para buscar nuevas formas de hacer las cosas a través de la redefinición de los procesos, la búsqueda de nuevos mercados o el desarrollo de modelos de negocio diferentes.
Para abordar estos cambios, es evidente que se necesitan líderes valientes, con elevado espíritu emprendedor y capaces de tomar decisiones rápidas y con un alto grado de efectividad. Estas cualidades son una mezcla de experiencia e intuición, pero también nacen de una adecuada adaptación a la manera de hacer negocios que se ha venido desarrollando en los últimos tiempos. Parece evidente que la flexibilidad se hace más necesaria que nunca, pero, al mismo tiempo, los encargados de liderar las empresas tienen que trabajar para desarrollar su pensamiento lateral, encontrando formas más creativas de abordar las situaciones, valorando puntos de vista hasta ahora no explorados (por eso os hablaba de la importancia de la diversidad para generar innovación).
En paralelo, esos líderes tienen el mandato de volver a tensionar a sus equipos y retomar el pulso del mercado para que la recuperación sea lo más ágil posible. No todos nos hemos adaptado a este contexto a la misma velocidad ni con la misma profundidad, y por eso, habremos encontrado en nuestros jefes distintos enfoques en la gestión de las emociones que se han generado en estos meses. Ese es el gran desafío en cuanto a la gestión de personas, equilibrar la empatía con la exigencia de volver a elevados niveles de productividad al tiempo que damos mayor autonomía a los equipos.
Valientes, emprendedores, flexibles, empáticos, eficaces, exigentes, innovadores y con un desarrollado pensamiento lateral. Fácil, ¿verdad? Pues esto no ha hecho más que empezar, el mundo volverá a ser global inevitablemente pero los negocios se descentralizarán de nuevo para buscar la eficiencia en costes localmente lo que exigirá nuevos mecanismos de control y por lo tanto, una visión global de los negocios más desarrollada.
Nadie dijo que esto iba a ser un camino sencillo. ¡Sigamos trabajando! ¡Mucha salud para todos!




